La Huasteca poblana, ubicada en la zona montañosa del norte del estado de Puebla, es conocida por su riqueza cultural y musical, siendo una región donde el huapango tiene un papel destacado. Los municipios emblemáticos en los que se practica y celebra el huapango incluyen Huauchinango, Pantepec, Pahuatlán, Xicotepec de Juárez y Naupan, todos considerados como parte integral de la cultura huasteca.
Además de estos municipios huastecos, en la región Totonaca del estado de Puebla también se disfruta y baila el huapango, influyendo en la amplia difusión de esta tradición musical. Municipios como Xochitlán, Cuetzalan, Hueytlalpan, Zihuateutla y Jopala también se suman a esta herencia cultural, enriqueciendo la diversidad musical y cultural de la zona.


En un sentido más amplio, el huapango representa en la Huasteca lo que el fandango en la región de sotavento. Se refiere a una forma de celebración completa y redondeada donde la música, el canto y el baile adornan las festividades regionales.
El baile del huapango se distingue por un zapateado complejo, incluso más arraigado que el zapateado jarocho, aunque no menos enérgico. Con un alto grado de dificultad, el zapateado huasteco resalta el ritmo de las piezas y se convierte en un instrumento de percusión.
En la Sierra Norte de Puebla, el huapango se baila con diversos estilos de zapateado y coqueteos durante su ejecución, pero comparten un estilo que unifica a la mayoría de los municipios: un estilo valiente, indígena y alegre con matices de sumisión. Estas características hacen que el huapango poblano tenga fundamentos sólidos para su estudio y academización.